lunes, 2 de julio de 2012

Otra vez este hormigueo en la espalda, la cuna de mi viejo y conocido insomnio.
Puede ser el foco de atención que me pide este cuerpo, la luz roja, donde abres los ojos y todo tu ser se encausa a detenerse. Puede que sea tu nombre entre la almohada.

Esta vez me parece extraña la ruta, hay laberintos en mi mente que en realidad no entiendo. Contigo hablo como si supiera lo que digo, como el sabio que ha pasado por ese puente sin la necesidad de quemarlo. Mientras tanto, sigo con el pie atorado a la mitad de nuestra historia, con el recuerdo incompleto de todo lo que fuí cuando tus manos tomaban las mías.

Me intriga sentirte cerca. Es un alivio saber que es así.

No hay comentarios: