lunes, 26 de octubre de 2009

Hay mucho espacio entre tu miedo y el mio.
Toma tu tiempo para descubrir esa fuente de calor, para dejar ir todos los días que me hiciste pedir perdón. Yo estoy soltando las piezas de tu cuerpo, sacándolas de mi memoria. Puedo verme guardar cada una en su sitio original, como el desorden que eran antes de que mis ganas quisieran descifrarlo. Todos los días había un silencio, un momento donde tu vista se nublo por las lágrimas de otro tiempo, y volví a llenarte de rencor. A veces quisiera entender tus razones para nunca olvidar, explicar como ahora lo hiciste tan rápido. Sé que este tipo de entrega no puede esperarse sin errores, pero estoy empezando a ver lo fantasioso de nuestro juego, lo cautivante que resultaba mirarte, tus interminables límites para mi. Siempre me excedo y lo sabes, no hace falta que pretenda ser como tu. Aún piensas que todo saldrá a tu manera, no me imagino tu decepción.

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